Cervantes Martínez Mariana

BIOGRAFÍA DE VALENTÍN GÓMES FARÍAS
Valentín Gómez Farías era un republicano de Valentín Gómez Farías, nació en Guadalajara, el 14 de febrero de 1781.Era conocido como “el apóstol liberal”. Murió en 1858.
Con una actividad hoy casi incomprensible, participó en la vida política de México desde la consumación de la independencia hasta casi la consumación de la Reforma. Médico por profesión y político por vocación, a Gómez Farías lo caracterizaba un ansia infinita de saber que lo hizo interesarse en todo conocimiento, información o invención.
Estudiante distinguido de la universidad entonces recién fundada en esa cultísima ciudad, donde recibió el grado de bachiller en medicina el dieciséis de diciembre de 1807.Pasó a la capital con el objeto de incorporar su grado a la Universidad de México, para lo cual tuvo necesidad de seguir el curso de botánica aplicada a la medicina, impartido por el naturalista Vicente Cervantes y practicada al lado de varios profesores. Obtuvo la licencia del Protomedicato de ejercer la medicina en toda Nueva España, y se dirigió a San Luis Potosí y después a Aguascalientes, donde fundó su hogar, que fue origen de una familia cuyas cualidades, decencia y caballerosidad se han transmitido ininterrumpidamente de generación en generación. En 1820 fue elegido para representar a su provincia en las Cortes de Cádiz, pero cuando éstas fueron disueltas por la incomprensión y despotismo de Fernando VII, permaneció en Aguascalientes, donde le tocó ser el primero que en esa ciudad proclamara en su carácter de regidor del Ayuntamiento el Plan de Iguala y que empuñara por primera vez, también en esa ciudad, la bandera de México independiente. Es a partir de entonces mientras México daba sus primeros pasos, inseguros y vacilantes cuando comienza su trayectoria impecable, orientado por un solo fin , el amor a su Patria.
 Austero y laborioso, con recios valores y un firme ideal de libertad, parecía totalmente fuera de lugar en aquella sociedad exuberante que se negaba a olvidar su pasado de contradictoria opulencia, para no tener que enfrentar su triste realidad de nación pauperizada, incapaz de defenderse en medio de aquella rebatiña imperialista, de mediados del siglo XIX. Algunos tal vez todavía querrían sostener hoy, que si don Valentín se hubiera salido con la suya, otro gallo nos hubiera cantado. Eso resulta harto improbable dada la personalidad del liberal mexicano; hombre de ideas fijas y, por lo tanto, inflexible, era capaz de inflamar de pasión hasta en los medios populares e impulsar la acción de revoluciones profesionales como Urrea o Mejía, pero cuando llegaba al poder le costaba sostenerlo, pues su misma firmeza lo hacía entrar en conflicto incluso con sus ardientes seguidores. Sus virtudes lo hubieran convertido en un ciudadano ejemplar en la Nueva Inglaterra puritana, pero en el México de los 1830s y 1840s lo hacían inaceptable a veces hasta para los mismos liberales.
Don Valentín tenía varias redacciones políticas, religiosas y filosóficas de difícil manejo, ya que el exceso de cuidado hizo que don Valentín guardara muchas veces varias versiones hasta de notas sin importancia, no se diga cuando se trataba de un plan o alegato importante. A pesar de que su autor no consideró que la disertación estuviera lista para la imprenta, la obra resulta más explicativa y reveladora que todas las apologías que ha merecido el ilustre jalisciense, gracias a que no es un refrito, sino el producto de un trabajo serio, que se supo beneficiar de la rica colección documental reunida por Genaro García y custodiada en la Universidad de Texas en él.
La transformación de reformista a revolucionario , está dado por el primer fracaso y convirtiéndolo de revolucionario a profeta. Los pensamientos de Don Valentín llegan hacer con más lucidez en 1833, después que en su carrera llegarán ascenso, llegó al cargo de vicepresidente, quedando a cargo en la área ejecutiva, el cual llegaría a ocupar otras dos veces, en 1840 y en 1846 a 1847.
Pero en 1833, fracaso, formándose una desgracia para él y para todo el país, y gracias a este destierro, haciendo que pierda algo de lucidez, aunque esto le ayudará a crear una gran variedad de horizontes para sus ideas políticas. La gran extensión de información que él procuraba, era sorprendente, incluso sus hijos le traducían toda clase de información europea y norteamericana, haciendo que esto le ayudará a juzgar de una forma realista los sucesos mexicanos, haciendo esto una diferencia de Paredes, ya que este creía que la guerra contra Estados Unidos era inevitable y era algo de lo que tenían que prepararse. Ta l vez todo ese amplio contexto determinó su actitud poco nacionalista ante el conflicto con Francia en 1838, que tanta desconfianza y antipatía le ganó en el mundo político mexicano, que empezó a sospechar de sus intenciones recordando su actitud original de conciliación hacia los líderes texanos.
Por su enorme fe liberal, parece comprensible que don Valentín se mantuviera fiel a su bandera y sufriera con paciencia persecuciones y exilios, pero lo que resulta en verdad sorprendente es que su esposa e hijos, naturales y políticos, lo secundaran con tanta lealtad, sobre todo porque el práctico estadista, que de inmediato hacía cuentas sobre lo que el gobierno podía o no gastar, era incapaz de sujetar los gastos de su familia a sus miserias y se daba el lujo de poner tutores de idiomas a sus hijos, cuando vivía de la caridad y en el exilio.
Don Valentín resulta que era muy escurridizo, sobre todo cuando se le quiere mostrar de una sola pieza, sostuvo firmemente sus valores, trató de servir lealmente a su patria, pero no dejó de sentir la ambición política y, a pesar del puritanismo que le llevaba a cuidar los caudales de la nación, pero cuando tenía oportunidad de tomar el poder, no dudaba en aceptar los préstamos ruinosos que le ofrecían sus amigos usureros y cuando Santa Anna 
le era indispensable para volver al poder, se dejaba que lo convencieran sus amigos de su regeneración a pesar de doce años de arbitrariedades, traiciones e irresponsabilidad.
A pesar del anticlericalismo de Farías, esto no implicaba ateísmo, como pensaban algunos, su fe política no obstaba para que fuera un católico tan creyente que al solicitarle su buen amigo Uhink la mano de su hija, le hiciera comprometerlo a que sus nietos fueran católicos y terminara por influir en su conversión.
Los personajes que le rodeaban a Gómez Farías era: García, Urrea, Rejón, Mejía Gómez Pedraza y, sobre todo, Santa Anna.







Referencias:

* Vázquez, J. (1983).CA Hutchinson. Valentín Gómez Farías: la vida de un republicano. Pág.354-358. https://scholar.google.es/scholar?hl=es&as_sdt=0%2C5&q=biograf%C3%ADa+de+Valent%C3%ADn+G%C3%B3mez+Far%C3%ADas&btnG=&lr=#d=gs_qabs&u=%23p%3DWJqA4PgUw98J

*Fernández, F. El expediente médico de Valentín Gómez Farías. Pág. 459. https://scholar.google.es/scholar?hl=es&as_sdt=0%2C5&q=biograf%C3%ADa+de+Valent%C3%ADn+G%C3%B3mez+Far%C3%ADas&oq=#d=gs_qabs&u=%23p%3DfmubFMJdzPUJ

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